La idea del hijo perfecto resulta una utopía que puede crear más de una frustración. Ese anhelo puede ser el caldo de cultivo para crear un niño demasiado complaciente o “centrado en las demandas externas y desconectado de sus propios deseos y necesidades, porque está volcado en cumplir lo que se espera de él y tiene dificultades para decir no”, explica Tristana Suárez, psicóloga clínica e infantil y terapeuta Gestalt.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País