Eran tan jóvenes como de 10 meses, tan mayores como de casi 18 años.
Aproximadamente un tercio de los niños que terminaron en Chicago venían de Guatemala, mientras otros habían huido de Brasil, Honduras, El Salvador, Belice, Rumanía e India. Todos tenían al menos uno de sus progenitores detenido, frecuentemente a cientos de millas de distancia.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Hasnain Khattak | Flickr