Para ser un tío que afrontaba el mayor reto de su vida, las 20 semanas previas a la tercera ecografía de mi esposa me parecieron bastante tranquilas. Mis únicas preocupaciones hasta entonces se reducían a mantenerla feliz, sana y bien alimentada mientras ella superaba con valentía los desafíos que marcaron sus dos primeros trimestres: cansancio, náuseas (muchas náuseas), hambre (mucha hambre), ansiedad, más y más dolores y, en general, toda clase de molestias.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Huffington Post
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Pixabay