En las reuniones que los colegios suelen organizar antes del verano con los padres y madres con hijos en edad de comenzar el segundo ciclo de educación infantil en septiembre ya se advierte: no pueden entrar a clases con pañales. Para muchas familias se presenta así un verano de angustia con un objetivo que ahora deben comprobar si han conseguido: que los pequeños, que han cumplido o cumplirán tres años durante 2018, sean capaces de controlar sus esfínteres. De no hacerlo, la norma general es que si los alumnos se hacen sus necesidades encima, se llama a los padres para que vayan a cambiarlos.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
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