Soy poco amiga de los eufemismos, esas trampas del lenguaje que ocultan la realidad para hacernos digeribles sus miserias. Palabras cobardes que intentan disfrazar la verdad. Cada vez que decimos «gestación subrogada» olvidamos que hablamos de los vientres de alquiler, de cómo mercantilizan con nuestros úteros deshumanizándonos por completo.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo