Jugamos por diversión y por puro placer, pero cuando jugamos también aprendemos y socializamos. “Jugamos para ser humanos y reencontrarnos con nosotros mismos”, que decía en una entrevista Andrés Paya, fundador del Observatorio del Juego Infantil (OJI). Si bien el juego no es una actividad exclusiva de la infancia, es en esta etapa en la que el acto lúdico se transforma en un motor fundamental para el desarrollo. De ahí que muchos docentes, psicólogos y pedagogos reivindiquen el juego como herramienta educativa también en la escuela.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Lili Goldsmith | Flickr