Los niños tienen derecho al juego. Así lo contempla la Declaración de los Derechos del Niño, otorgándole la misma importancia que a cualquier otro derecho como la salud o la educación. Sin embargo, especialmente en los países desarrollados, no se lo estamos poniendo nada fácil a los niños para que jueguen: pasan demasiadas horas en sitios cerrados, tienen una agenda repleta de responsabilidades y la gran mayoría vive en ciudades poco amigas de la infancia, tanto que si nos paramos a observar a nuestro alrededor casi podríamos decir que los niños han desaparecido de sus calles.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Johnny McClung | Unsplash