Recuerdo los veranos de la infancia con cariño, como muchos de nosotros. Esos días felices en los que salía de casa tras desayunar un cuenco de cereales que me preparaba yo misma y en los que solo pasaba por casa para comer y estaba todo el día en la calle. No vivíamos en la ciudad y, por eso, los niños con los que podía jugar eran los hermanos y los primos de los que vivían por mi zona.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Huffington Post
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Vanessa Serpas | Unsplash