El primer día de mi baja por paternidad Amalia y yo acompañamos a su madre al trabajo. Allí le da de mamar una vez más y nos despedimos. Camino de casa vamos al supermercado, a la farmacia, y a hacer recados. Amalia va envuelta en una gran tela que me rodea el torso, apretadita contra mi pecho, plácidamente dormida. Las mujeres en el autobús, sobre todo las mayores, sonríen al vernos. Los hombres hacen como que no nos ven.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Austin Walker | Unsplash