Me llamó mientras yo intentaba decidir entre comprar melocotones o manzanas. Estaba en casa de un amigo y se suponía que vendría a comer.
—Voy a pasar por casa del papa para recoger unas cosas y cuando llegue tengo que hablar contigo.
Su voz era rara y me preocupé.
—No me asustes. ¿Qué ha pasado?
—Nada, es que he estado hablando con mis colegas y… —se detuvo un segundo y respiró hondo— Buff… Llevo mal esto de despedirme.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Lillian Grace | Unsplash