Leo celebró la primera comunión el pasado mayo en Santiago y a cada uno de sus amigos les pidió de regalo 50 euros en cromos de la Liga. Su madre dijo entonces que por encima de su cadáver y al final todos los invitados hicieron bote para comprarle una tele. Su familia está aburrida de ver cómo el poco dinero que maneja un niño de ocho años se va en abrir sobres de su colección de fútbol.
El de Leo no es un caso aislado, hay toda una generación de chavales entrampados con los cromos.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Borja Fernandez | Flickr