Una de las decisiones más difíciles a la que se enfrentan los padres, tras años de crianza intensiva y dependencia absoluta, es la de permitir que los polluelos empiecen a volar solos. Cuándo, cómo y dónde hacerlo de la manera más segura posible, sabiendo desde el principio que no todos los niños están preparados a la misma edad y que dependerá de su madurez y de la autonomía que hayan ido adquiriendo, pero también de otros factores como el entorno físico y la red de apoyo con la que contemos. Lo importante es no dejar que los miedos nos lleven a sobreproteger al menor, como asegura el doctor Jesús Paños, psicólogo infantil del Hospital San Rafael en Madrid: “Es posible que algunas familias tiendan a sobreproteger para evitar riesgos potenciales».
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