Todos los padres y madres han escuchado o escucharán algún día esta pregunta de sus hijos: «¿Me das un euro para comprarme…?» Es la primera señal de que empiezan a tomar conciencia de que el dinero es una herramienta social indispensable: «Esto quiero, esto tengo que pagar». Es un buen momento para introducir la educación financiera en el hogar y considerar si asignarle al niño una paga antes de que la demanda del euro se produzca de manera sistemática y perdamos el control de cuánto dinero le damos.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de enseñarles a gestionarlo? ¿Qué cantidad es la adecuada según su edad? ¿Cuándo hay que empezar? ¿Con qué frecuencia? ¿Debemos utilizar la retirada de la paga como medida sancionadora ante un mal comportamiento?
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