Marta tiene un hijo de casi tres años que el próximo mes de septiembre iniciará su andadura escolar en un pequeño colegio público de Navarra. Mientras cumplimentaba los papeles de la matrícula, se sorprendió al encontrarse un apartado en el que le pedían su consentimiento para que el colegio pudiese compartir las fotos de su hijo de forma pública en la web del centro. Ante su negativa a dar la autorización, Marta confiesa haberse sentido “señalada y presionada” con el argumento de que hasta la fecha solo una familia de los 600 alumnos matriculados en el centro no había consentido el uso de las imágenes de sus hijos. “No autorizar es lo raro. Me dicen que es un modo de excluir a mi hijo de algunas actividades, insistiéndome en eso les obligará a buscar estrategias para evitar que el niño salga en las fotos sin que él se dé cuenta. Si dan la opción de elegir, que respeten la decisión de los padres. ¿O es que es un mero trámite y dan por hecho que vamos a decir que sí?”, se pregunta contrariada.
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