Los que se dedican a la infancia en exclusiva a veces podrían perder la visión general del conjunto y olvidarse de los mayores, puede ocurrir como en el dicho, que la visión de los árboles no te deje ver el bosque. Así puede ocurrir con las enfermedades banales de los peques, como una diarrea de dos días en un bebé, no deja de ser una anécdota si se mantiene su lactancia natural o en su caso su hidratación adecuada, pero en los incautos padres esa diarrea se va a transformar en una gastroenteritis que te deja cuatro días agarrado a la taza del váter y conociendo a fondo los azulejos del baño y sus imperfecciones. De esto ya hemos hablado en alguna ocasión, que por cierto vuelve a estar de moda.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: MOrE rams | Flickr