Violadores de menores que no necesitan agredir físicamente y terminan juzgados por abusos

Ocurrió al menos durante un año entero. Felipe se dedicaba a cuidar de los cuatro menores que vivían con él y su pareja Rosa en Madrid. Uno era un hijo en común y otras tres niñas eran hijas de la mujer. La Audiencia Provincial de Madrid consideró probado en una sentencia de febrero de 2018 que Felipe llevaba «una vez al mes» a una de las niñas, que entonces tenía 13 años, a la habitación de matrimonio para «quitarle la ropa, tocarle por el cuerpo y penetrarla vaginalmente». La joven, prosigue el fallo, «no lo impedía por temor a posibles represalias y a ser agredida» por su padrastro, que fue condenado a diez años de cárcel por un delito de abuso sexual.

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[fa type=»file-text»]  Fuente: El Diario
[fa type=»camera”]  Autor de la imagen: Pexels

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