«Hanna, sabes que se te daría mucho mejor el francés si no estuvieras mirando el móvil constantemente».
Mi alumna me mira atentamente, su respuesta me deja patidifuso: «Sí, lo sé. Pero es como una adicción».
No quepo en mi asombro. Normalmente los niños y los adolescentes no son capaces de llegar a semejante nivel de autoconocimiento. Pero, ¿acaso no es nuestro deber protegerles de la posible adicción al móvil para que aprueben las asignaturas o para que puedan aprovechar el tiempo de forma más eficiente?
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[fa type=»file-text»] Fuente: Huffington Post
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Sam Churchill | Flickr