Los cambios culturales, tecnológicos y económicos acontecidos en las últimas décadas han influido inevitablemente en nuestras elecciones alimentarias: tenemos más disponibilidad y variedad de alimentos, pero no siempre optamos por los más adecuados. No ayuda vivir en un ambiente obesogénico ni la ausencia de información veraz; todo ello distorsiona nuestro concepto de lo que es “comer de forma saludable” y mantiene un buen número de falsas creencias o mitos en torno a la alimentación. También en relación con la nutrición infantil, como que los purés alimentan mejor, que los niños necesitan suplementos alimenticios o que el desayuno es la comida más importante del día.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: nvainio | Flickr