¿Su hijo no acepta un no por respuesta y se instala en el enfado constante cuando no consigue lo que quiere? Es posible que su educación esté basada en el consentimiento, la permisividad y la falta de límites o normas. Un niño consentido no nace, se hace y puede crear problemas de convivencia en casa como rabietas, agresividad o enfrentamientos y peleas habituales con personas de su entorno. “Son niños muy demandantes y caprichosos. No saben manejar el enfado y de ahí surge la rabia y consigo las rabietas. A medida que crecen, nos encontramos conductas todavía más agresivas, como peleas y conductas impulsivas”, explica Gema José Moreno, psicóloga infanto-juvenil.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Ben White | Unsplash