Eso que llaman instinto maternal, mil veces ensalzado, ha sido muy estudiado por la neurociencia. Los científicos saben cómo la llegada de un hijo provoca una serie de transformaciones químicas en el cerebro de la madre que consiguen que esta se vuelque en sus cuidados. Nada será más importante que el bebé, que dependerá de ella durante un largo período de tiempo en comparación con las crías de otros mamíferos. Ha invertido mucho esfuerzo en traerlo al mundo y resulta un ser muy valioso, por lo que puede incluso arriesgar la vida por él. Pero, ¿qué hay de los padres? ¿Acaso ellos no tienen su propio «instinto» paterno? ¿Qué pasa dentro del cerebro de los varones cuando cogen en sus brazos a su recién nacido?
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