No siempre es fácil detectar si nuestro hijo tiene un problema. A veces lo vemos taciturno, triste, irritable o raro. Notamos que le pasa algo pero no sabemos qué. El niño o el adolescente se repliega y no hay manera de que nos cuente qué le pasa. Los padres nos frustramos, insistimos, lo intentamos a buenas o a malas, y al final no conseguimos nada.
Aquí os damos unos trucos, de la psicóloga Úrsula Perona, para saber cómo podemos preguntar de manera que el niño o el joven se abra y nos cuente qué le sucede.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Sapos y Princesas
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Tony Alter | Flickr