El último caso de Gabriel Cruz, el niño almeriense de ocho años asesinado por la novia de su padre y los atentados ocurridos en diversas ciudades europeas en los últimos meses ponen en jaque a muchos padres que se preguntan si deben comentar o no con sus hijos lo acontecido. Ante estos hechos terribles, surge una gran preocupación que muchas veces les obligada a tener que hablar con ellos sobre estos temas para que conozcan el peligro que a veces ocurre en la sociedad. Aunque tenemos que ser conscientes de que contárselo puede ser una tarea difícil, ya que hay que encontrar el momento adecuado y las palabras correctas para que sean prudentes con personas extrañas, entre otras razones, y, a la vez, no crearles una sensación de miedo que les pueda llevar, incluso, a la paranoia.
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