La lengua materna se adquiere, las segundas lenguas se aprenden; lo de hablar lo adquirimos de bebés, pero a escribir aprendimos en el colegio. Es una diferencia fundamental que no tienen en cuenta quienes nos quieren vender métodos de idiomas “naturales” que te enseñan “como cuando eras bebé”. La diferencia entre adquirir una lengua (con interacción, sin enseñanza explícita, en entorno familiar) y aprenderla (en un centro de enseñanza, con apoyo académico y atención a la forma gramatical) explica que el proceso de adquirir sea exitoso en general, y el de aprender, en cambio, sea largo y complejo. A diferencia de lo que ocurre en los procesos de aprendizaje, en los de adquisición no sentamos a los niños a aprender palabras ni a conjugar verbos, todo se genera en la interacción cotidiana.
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