Prisas constantes, estrés y, sobre todo, escasez de tiempo. Así es la rutina diaria de muchos padres que pugnan por conciliar su jornada laboral con la crianza de los niños y que a veces sienten lo duro que es no poder prestarles toda la atención que quisieran. Y aunque su alimentación es una de las cosas que más cuidamos, los recursos fáciles como la comida rápida o la bollería industrial, que ahorran tiempo pero repercuten en la calidad de su dieta, pueden poco a poco ganar terreno a la hora de preparar las comidas que hacen fuera de casa. Por eso es fundamental no dejar nada a la improvisación y aprovechar cuando más tiempo tengamos, como el fin de semana, para planificarlo adecuadamente. Y si la comida de un determinado día requiere preparación previa, hacerla la noche anterior.
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