Cuando somos bebés necesitamos vincularnos a nuestras figuras de protección. Estas figuras otorgarán cuidados en relación a nuestras necesidades más básicas (alimentos, cuidados) pero también generarán una relación singular de amor y afecto que marcará una forma de estar en el mundo. Por lo tanto, el cómo sea está relación determinará el desarrollo social y emocional. Estas relaciones se conocen como apego. Ángel Fernández Sánchez es psicólogo especializado en la infancia en el Grupo Laberinto de Psicoterapia para la Salud.
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