El padre siempre era el superhéroe al que la historia y la sociedad reconocía. El trabajador infatigable, el que llevaba el sustento a casa, el que tomaba la última decisión, el que heredaba por decreto la vocación laboral de sus ancestros, el ‘malo’ de la difícil tarea de educar a los hijos. Por fortuna, hace tiempo que se demostró que detrás de una gran mujer también puede haber un gran hombre, y los padres de familia empezamos a asistir al parto, a llevar a los hijos al colegio, a repartirnos las tareas del hogar y a reconocer que las verdaderas heroínas estaban a nuestro lado.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Simon Blackley | Flickr