Padres que se sienten culpables por no pasar tiempo suficiente con sus hijos, comprometidos en su cuidado y su bienestar emocional, que están seguros de que la paternidad los ha hecho más eficaces y rápidos en su trabajo. Padres que han dejado atrás su rol de macho proveedor para implicarse en cuerpo y alma en la educación de sus retoños; que son extraordinarios, en el sentido de que están haciendo, por fin, lo que siempre han hecho las madres. Ya son muchos, afortunadamente, los que forman parte de esta nueva generación. Hablamos con cuatro que encajan en este nuevo modelo.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: FOTOGRAFÍAS CANAL SUR RADIO y TELEVISION | Flickr