La evidencia se acumula: somos padres tan estupendos, tan pendientes de cualquier aspecto de la vida de nuestros hijos, que se la estamos arruinando.Leemos sobre la bondad de fomentar el autocontrol de los niños, pero los primeros que no cumplimos somos los padres: atamos los cordones a chicos de 10 años, untamos sus tostadas, llevamos al recreo el bocadillo olvidado en casa y, sí, también esperamos a que salga de las entrevistas de trabajo. «Les educamos con Walt Disney para una vida que es The Walking Dead», explica Francisco Castaño, profesor, escritor y terapeuta de familias.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Jinx! | Flickr