Si nos fijamos en la popular pirámide de Maslow, podremos comprobar que dormir es una de las necesidades básicas e imprescindibles del ser humano junto con la alimentación y la protección entre otras. Todos podemos estar de acuerdo en que existen diferencias significativas entre los neonatos a la hora de conciliar el sueño. El temperamento, que tiene una importante carga genética, hace que nos resulte más sencillo o más difícil dormir a nuestros hijos, pero al igual que todos aprendemos a caminar erguidos y a manipular objetos, entre otras muchas acciones, también aprendemos a dormir de una manera u otra.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Sadık Kuzu | Unsplash