Que podamos relacionarnos con otros, estar en pareja, tener un grupo de amigos, trabajar en equipo, hacer bromas, flirtear, disfrutar de una película o de una buena novela es gracias a una capacidad de nuestro enorme cerebro social, llamada teoría de la mente. Esta capacidad nos permite hacer inferencias acerca de lo que otras personas sienten, piensan, quieren o por qué están contentas, enfadadas, tristes. Y, al parecer, según ha descubierto un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), los niños a una edad muy temprana, a los tres años, ya muestran esta capacidad.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Priscilla Du Preez | Unsplash