La huelga feminista de este 8 de marzo es laboral, estudiantil, de consumo y, también, de cuidados. Unos cuidados de los que tradicionalmente, y casi sin discusión, se encargan las mujeres y que consisten en la atención a mayores, niños y personas dependientes y la realización de las tareas domésticas. Es decir, una segunda jornada laboral que hoy impide a muchas feministas sumarse a este paro por no poder dejar, por ejemplo, a niños pequeños con ningún hombre.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario