Muchos padres se empeñan en darle el chupete a los bebés porque, efectivamente, su uso calma muchísimo a los lactantes. El problema del chupete es que, una vez se acostumbran a usarlo, después es difícil quitarlo. Y su uso prolongado en el tiempo tiene consecuencias para la salud bucal de dicho bebé. Por lo tanto es importante plantearse a partir del año y medio ir retirándolo progresivamente. Su uso, más allá de los dos años puede provocar, tal y como ha advertido la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), que los caninos choquen entre sí y ambas filas no se cierren correctamente causando lo que se denomina “la mordida abierta”.
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