Son el primer amigo, cómplice, compañero de juegos e incluso rival. Con ellos se aprende a socializar con iguales, a compartir, a respetar y a convivir. Ayudan a saber que el universo no es uno mismo. También con ellos se aprende el significado de emociones como los celos, la rabia y la complicidad. En un solo día pueden ser las personas a las que más se quiere y también a las que más se odia. Son los hermanos.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Razón
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Janko Ferlic | Pexels