Al hablar de sueño siempre ponemos el foco en el descanso de bebés y niños (y es importante). Pero es el descanso de los adolescentes el que más debería preocuparnos, ya que es la única etapa de la vida en la que los ritmos del sueño cambian. Lo hace por una cuestión puramente física. Así que si tu hijo adolescente no quiere dormir antes de las doce de la noche y madrugar le supone un esfuerzo tremendo, no es porque sea vago o desobediente, es que el cuerpo se lo pide.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Kinga Cichewicz | Unsplash