Justin es un niño de siete años que no quiere dejar de asistir a clase, pero tampoco quiere dejar de lado su obligación de cuidar de su hermana pequeña. Para compatibilizar ambas tareas, el chico, como ocurre con otros pequeños en Filipinas, acude al colegio con la niña de un año colgada del brazo izquierdo y sentada en sus rodillas, mientras toma apuntes atento con la otra mano. La imagen de los dos en el colegio ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales, donde ha recopilado un sinfín de mensajes de apoyo, que ven en Justin un ejemplo y una motivación para que los chavales sigan estudiando.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Fuente de la imagen: Facebook [fa type=»external-link»]