Clara y Miguel son la envidia de decenas de personas y parejas que sueñan con tener su misma suerte. Se trata de potenciales madres y padres adoptivos apuntados en una larga lista de espera y que aguardan impacientes una llamada que, de producirse, cambiará para siempre sus vida. Es lo que les ha pasado a Miguel y Clara. La buena noticia para los candidatos que han optado por buscar a esos hijos sin moverse de Catalunya –al igual que hizo en su día esta pareja de Sant Feliu de Llobregat– es que el grifo de esas adopciones nacionales ha vuelto a abrirse.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia
[fa type=»camera”] Fuente de la imagen: Air Force Combat [fa type=»external-link»]