Adolescencia significa el final de la niñez y el comienzo de una nueva vida. Una época de profundos duelos: del cuerpo de niño que se transforma; de los padres, de los que hay que separarse para no correr el riesgo de convertirse en un bonsái humano; del niño que fuimos porque los amigos, el amor y la profesión, esperan. Este proceso se realiza con un cerebro inmaduro y con las hormonas del desarrollo a nivel extraterrestre.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Philippe Put | Flickr