Pesan entre uno y medio y seis kilos y los hay de distintos colores. Son pequeños chalecos rellenos de arena, que los llevan puestos alumnos de primaria en muchas aulas de Alemania y que han desatado una intensa polémica en el país. Este invento, argumentan sus defensores, ayuda a concentrarse a los niños con déficit de atención y en general a los que les cuesta quedarse quietos en la silla. Sus detractores ven sin embargo en los famosos chalecos una suerte de camisa de fuerza que impide el libre movimiento de los pequeños.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Fuente de la imagen: Beluga [fa type=»external-link»]