«Ningún hombre es una isla», escribía el poeta inglés John Donne, capaz como nadie de calar en el corazón solitario de sus paisanos. Cuatro siglos después, la noticia se confirma: el Reino Unido es una nación de hombres-isla. Nueve millones de británicos (casi una quinta parte de la población) confiesan que se sienten solos. Y no hablamos de la «soledad divino tesoro», sino más bien de la «soledad maldita condena».
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo