Después del parón vacacional, a muchos niños y no tan niños les cuesta volver a la rutina: levantarse temprano, ir al cole, hacer deberes… Sin embargo, conforme pasan las semanas, algunos no recuperan el ritmo normal. Son niños que lloran o están irritables cada vez que tienen que ir al cole, apenas duermen o comen (o a veces el efecto contrario: duermen o comen demasiado), se quejan de dolores (de cabeza o barriga) o no disfrutan de su tiempo libre como solían hacer, ni juegan con aquellos juegos que antes le encantaban. Si han pasado alrededor de dos semanas y continúa de la misma forma, quizás ya no estamos ante lo que comúnmente se llama “depresión postvacacional” y es importante que los padres valoren su hijo podría tener depresión o ansiedad y consulten con un especialista.
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