Eran casi las seis de la madrugada cuando sonó el teléfono de la Policía Local de A Coruña. Al otro lado del hilo se escuchó la voz de un niño de corta edad que alertaba a los agentes de que su madre estaba siendo agredida por su expareja. El pequeño, de solo seis años, facilitó la dirección de la vivienda, ubicada en el barrio coruñés de Labañou, y al lugar se dirigió inmediatamente una patrulla.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País