No hay una fórmula única y mágica para crear una escuela feliz, porque depende de los maestros y los alumnos que haya en cada aula y en cada centro, pero en general se trata de una escuela a la que los niños quieren ir, en la que los niños se levantan cada mañana con la ilusión de ir allí porque aprenden y se lo pasan bien.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Fuente de la imagen: La Esfera de los Libros [fa type=»external-link»]