Estamos dejando atrás este tiempo de alegría y felicidad postiza, de esa que necesitamos al menos una vez al año, momento en que todos los demás están alineados en la misma supuesta energía, porque además eso nos espanta cualquier posibilidad de duda, nos llena de certeza.
En estos días de maquillaje físico y emocional, psicológicamente necesarios y humanamente imprescindibles, días donde dejar de lado las rutinas, las carencias, las dietas y la vergüenza, no apetece hablar de según qué temas. Necesitamos respirar, creer por un instante que vivimos en un mundo de regalos y buenos deseos.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País