La ciudad de Nueva York aspira a ser punta de lanza en casi todo lo bueno. Fue pionera al prohibir que se fume en bares y restaurantes, al eliminar de los colegios las bebidas con azúcar, intentó limitar el tamaño de los refrescos e impuso normas para regular el contenido de sal en los menús. Ahora acaba de adoptar una orden municipal para que se instalen cambiadores en los aseos públicos, incluidos para los hombres.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Fuente de la imagen: Royal Airforce Mildenhall [fa type=»external-link»]