Mucha gente me conoce ya como la mamá de los deberes. Dicho así, podría pensarse que soy una ferviente defensora de las tareas escolares, aunque también podría ser todo lo contrario. Los que ya conocen mi trayectoria, mi campaña y mi libro Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo no tienen dudas. Pero no siempre fui así. Durante mucho tiempo no me cuestioné la utilidad de los deberes, no quería desautorizar a los maestros. Había que hacerlos y punto.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País