¿Nos estamos pasando con los regalos? ¿Somos capaces de controlar lo que les damos a nuestros pequeños en estas fiestas? A veces consentimos mucho. Muchas regalamos de mas. Y hacemos que nuestro hijo padezca el síndrome del niño hiperregalado. El pequeño que lo padece «es aquel que sufre ante la avalancha de obsequios y regalos en un mismo día», explica por correo electrónico la doctora Marisa Navarro, terapeuta y autora de los libros La medicina emocional y El efecto tarta. «Hay tantos focos en los que poner la atención que el niño es incapaz de concentrarse en ninguno. Esto provoca que se disperse y llegue incluso a perder la ilusión. Es por ello que al contrario de lo que se pretende, llegue a frustrarle y así se vuelva apático, se enfade y empiecen las quejas, con el típico “esto no es lo que quería” y otras cosas peores, que tan mal sientan a los padres», añade.
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