Los hay conscientes, indiferentes, responsables, contrarios, incrédulos y militantes. Los hay comprensivos y sorprendidos, en proceso de cambio y anquilosados. Los hay reacios, predispuestos, educados y los hay que obstruyen. En torno al feminismo, como en torno a cualquier otra cuestión, hay tantas opiniones masculinas como hombres. Mientras que entre las mujeres está más extendido el feminismo, para ellos, en general, sigue tratándose de ayudar. Ven la brega desde fuera, jaleando en uno u otro sentido, sin sentirla suya. Y es curioso, porque esta es, o debería ser, la lucha más global, y unilateral, de la historia.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Fuente de la imagen: Casa del Libro [fa type=»external-link»]