María ha tenido hoy una larga y difícil jornada de trabajo. Después de soportar un gran atasco ha logrado encontrar un sitio para aparcar y hacer la compra. Son las siete y veinte de la tarde y se dirige a casa donde hace verdaderos equilibrios para atinar con la llave en la cerradura de la puerta y que no se le caigan todas las bolsas del supermercado. Lo consiguió. Al entrar, su hijo Alfonso, de 12 años, está tirado en el sofá jugando con la tablet. Su mochila, a su lado, en el suelo, y sin abrir.
Su madre con un tono amable le dice que le concede cinco minutos para que vaya acabando su juego y se ponga a hacer sus deberes del cole. «Vale mami», le contesta.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC