Hasta no hace demasiado tiempo hablar de informática, y más concretamente de programación, era un arte reservado a los ‘pitagorines’ y obsesos de la tecnología. Sin embargo, el paso del tiempo ha demostrado la falsedad de esta afirmación, del mismo modo que los más pequeños de la casa parece que nacen enseñados digitalmente para utilizar las nuevas tecnologías.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País