El estrés, cuando afecta a los recién nacidos, lleva a una «aparente desconexión» entre la actividad cerebral del bebé y su comportamiento, por lo que en ocasiones no se pude detectar el dolor que realmente siente, según un estudio publicado este jueves por Current Biology. En general, cuando se somete a los recién nacidos a un procedimiento doloroso se registra un aumento «razonablemente bien coordinado» entre su actividad cerebral y sus comportamiento, con lloros o muecas. Sin embargo, los bebés que están estresados registran una mayor respuesta en su actividad cerebral frente al dolor, pero esta no se corresponde con su comportamiento.
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[fa type=»file-text»] Fuente: 20 minutos